Enfelízate surge de la necesidad de seguir avanzando. Crecer y no detenernos. Un espacio en el que poder seguir desarrollando la creatividad y las ganas de celebrar. Es una casualidad hecha realidad. Un recuerdo olvidado. Un espacio que no fue y acabó siendo una parte intrínseca de nosotras mismas.
Es ese rincón del mundo donde puedes dejar gritar a tu yo interior sin remordimiento. Un lugar donde todo tiene cabida. Donde los problemas parecen menos y la vida está llena de hamor, con h.
Hace mucho alguien me preguntó por mi futuro, dónde y qué estaría haciendo. Y yo me reí de esa pregunta. Sin saberlo, describí justo lo que ahora estás viendo. Así, a lo loco. No tenía nombre. Ni paredes. No era real, pero existía de forma latente en esta cabecita que hay bajo el pelo rosa despeinado que siempre me acompaña. Las horas sin dormir, los baches en el camino y los años, hicieron el resto.
¡Y aquí estamos! Este rincón de nombre impronunciable (pero avalado por su creador Adrián Benatar y por la RAE) es el único sitio del mundo mundial donde el mal rollo está prohibido. Existimos con el único fin de cargarte las pilas y llenarte de ganas de disfrutar. Donde nada es lo suficientemente serio como para no tomárselo a risa.
Este ha sido, es y será un lugar para refugiarse, reencontrarse y volver a empezar. Un espacio ajeno al día a día al que siempre volver. Un sitio en el que construir nuevos recuerdos. Enfelízate es todo eso y mucho más. Tiene un poco de cada uno de vosotros y un mucho de mí. Así que, por si aún no lo sabías, bienvenidos a tu propio hogar. ¿Empezamos?